lunes, 1 de mayo de 2017

EL FINAL DEL IMPERIO HITITA




El efímero gobierno de Arnuwanda III, hijo de Tudhaliya IV, apenas está documentado por improntas de sellos y referencias en un documento de su sucesor Suppiluliuma II.

En el reinado del último rey hitita conocido, las fuentes indican una serie de problemas:

       I.        - Contestación interna en la corte y entre los reinos vasallos, detectable en Kub XXVI 33. También puede comprobarse en el mensaje con los reproches del príncipe Pihawalwi (hijo del rey hitita) a Ibiranu, rey de Ugarit, por su falta de compromiso tras la llegada al trono de su padre, en RS 17.247

     II.         -  Campañas en Lukka y sus proximidades (suroeste de Anatolia) registrados en la “edificación Sudburg” hallada en Hattusa.

    III.          - Dependencia de las importaciones de trigo a través del puerto mediterráneo de Ura (clásica Seleucia). Esta registrada por la inscripción en Karnak del faraón Mernepath y la carta a Ugarit demandando el transporte de 450 toneladas de trigo.


    IV.          - Campañas navales en Alasiya (Chipre), con la interesante conjetura de quien podía ser el adversario, documentado en KBo XII 38 ( Guterbock, H G. “The hitite conquest of Cyprus reconsidered” JNES 26, 73-81 y Hoffner H. A. “ The last days of Hattusa” en W. A. Ward  “The crisis years : the 12th century  B. C.” Dubuque 46-51, 1989)



Hay varias teorías sobre los sucesos del Bronce Tardío y la caída de sus civilizaciones, incluyendo la hitita. Una de ellas es la teoría de los terremotos y de la “onda sísmica” de Claude Schaeffer. Esta ha sido rebatida señalando que los terremotos son cíclicos y recurrentes en la cuenca mediterránea, y que sus efectos eran asumibles incluso por las civilizaciones antiguas. Es muy difícil que causaran una interferencia generalizada, y no podrían impedir por si solos la expansión de esos pueblos.

 Otra teoría es la del cambio climático, que habría provocado sequías y las correspondientes hambrunas. Fue enunciada por Rhys Carpenter. Apoya esta teoría cierta documentación hitita o de sus interlocutores de Egipto o Ugarit, como la recogida en KBo 2810, RS 20.212 o KTU 2.39/RS 18.038

Según el artículo de Kaniewski y VV.AA “Late second early first millenium B. C. abrupt climate changes in coastal Syria…” Quaternary Research 74, pp. 207-215 (2010), basada en estudios realizados en Tell Tweini en Siria, y en Chipre, puede establecerase una sequía a finales del siglo XIII en el Mediterráneo Oriental a partir de depósitos de polen fósil. En la misma línea está la obra de B. L. Drake, basada en estudios relaizados en Soreq (Israel) y Voulkaria (Grecia) “The influence of climatic change on the Late Bronze Age collapse and the griek dark ages” Journal of Archeological Science, 39 (2012). Por su parte Finkelstein hizo conclusiones parecidas tras examinar catas de polen fósil en el Mar de Galilea y en el Mar Muerto, como un periodo seco más breve, que fecha entre 1250-1100 a.c.

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